viernes, 7 de febrero de 2014

Soneto esclavo

A ver yo soy una patata de poeta, osea, una poetata, y mis rimas no son buenas aunque intente mirar métrica por internet, pero me apetecía escribir algo así y es mi blog y escribo todas las patateces que me da la gana para mis patatitos taniócratas a los que les dé igual cuán patato sea.

 Un atardecer de sangre, rojo,
 alguien sin querer ha formado.
 Por mala pata, un asesinato le han acusado
 y le ha convertido en un despojo.

 La esperanza le ha abandonado:
 ya ve el cadalso y se cree terminal
 y por las noches aúlla como un animal,
 el cual odia estar encerrado.

 Pero un día, se abre el cerrojo:
 le han pagado la fianza y se puede ir...
 Pero resulta que ya estaba ido.

 Cuando ya nadie le quiere ver morir,
 ni nadie le quiere perdido,
 su corazón se torna en negro, antaño rojo.

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