martes, 24 de noviembre de 2015

~Me encantaría tener acuarelas~

Me encantaría dibujar el desdibuje; colorear esa realidad que se funde con todo el resto del mundo mudo poco a poco.
Llegué por la noche al aeropuerto. Porque
hay ocasiones en las que dudo de si América tiene más de cincuenta años. Un sofá aparece en mi salón. Los lingüistas aporrean mi puerta pidiendo explicaciones y yo, callada, les sonrío de par en par.
           También mi corazón ha soltado los postigos y siento la necesidad de jurarlo. Tengo ganas de hacerle comprender a TODO EL MUNDO que somos verdaderamente importantes, así, subrayado. También siento la necesidad de que TODO EL MUNDO sepa que solo somos una especie con un intelecto un poco más enrevesado; que todo aquello que llamamos conciencia fue por casualidad.
También les conocí por casualidad.
Y si hubiera que nombrar a un Dios, proponer a la casualidad no suena tan a locura.
También les conocí por casualidad.
¿Por qué los idiotas creen que la felicidad es como el armiño?

jueves, 19 de noviembre de 2015

:

Te amaba aturdida;
agazapándome en las esquinas
de ideas de que adoraba
realmente lo que estaba siendo
y no todo lo demás.

Te amaba sin saberlo; sin
sentir en mi estómago mariposas
-con mil pájaros graznando-;
y con los ojos bien abiertos
para poder emborracharme de todo.

Te amaba, sin necesitarte
desesperadamente,
embobada, intensamente,
volando, sobre mi propia alma.
Con más bien poco sentido,
-con desconcierto.

Creabas la realidad, eso sí
que sabías concertarlo;
no la soñabas - tenías nostalgia
de lo no vivido. Eras un
hito, chico.

Buah, nunca habrá real certeza de que me dejases con hiel o miel en la boca.

P.D.: https://www.youtube.com/watch?v=4N91fkF8-Dc&list=PL0XMtd7xDdWqy1I0BID_KkNNwmWVmrLQ9