martes, 18 de julio de 2017

16 de Abril - sobre la contaminación

Bruma, bruma, bruma.
En todas las simientes
de todo aquello que sientes,
-en todas partes: bruma-.

Con sus colores pacientes
oculta misteriosos agentes
que reabren recuerdos tangentes;
-en todas partes: bruma-.

Pulmones angustiantes,
(feroces luces me repelen)
las nubes dibujan tu nombre
-y eso, cielo: abruma-.

22 de Junio (II)

- De vividora a JPG-

Creo que esta es una cuestión que hay que planteársela muchas veces a lo largo de la vida: ¿dónde me veo de aquí a 15 años, a 20, a 50? No porque haya que hacer planes a largo plazo (¡menuda falacia de vivir!), no, más bien porque es una forma de conectar con tus sueños, con tu yo de la cuarta dimensión; y por ser así, es un ejercicio que creo fervientemente que es mejor hacérsela cuando uno está relajado y feliz: como ahora mismo, que llevo la chapa de una cerveza en mi dedo aparentando ser mi anillo de matrimonio con las risa y que las hojas doradas que caen sobre esta libreta hacen de barco a las hormigas que me cosquillean.
Me voy por las ramas en mi paz. El caso es que he hecho este ejercicio que anteriormente os comentaba y he llegado a la conclusión de que mi apariencia (que aunque suene superficial era en lo que estaba pensando primero al imaginar a mi yo del futuro) no es para mí importante. Me da igual si acabo siendo una viejita con el pelo morado que hace yoga en su jardín o si seré una abuelita rellena de galletas que compartir, porque a pesar del destino final, tengo frente a mí un sueño brillante. Viajando años y años intentando ayudar lo máximo posible, creando arte y núcleos de amor, captando los matices de la vida de todos los países que convierta en mi hogar, y, en algún momento, crear La Posada. La Posada donde los jueves por la noche haya espacio para cuentacuentos, donde los viernes haya juegos de beber, los viernes karaokes y los miércoles festivales de comida porque son mi día favorito. Un sitio que sea un recinto de comunidad donde poder dar validación, cariño y ánimo, y todo aquello que necesiten que se les brinde a las almas que un día yo también fui.

22 de Junio

Este ya lo subí al feisbus.

''Así soy yo, más deseante que deseada''. Virginie Despedentes

-La entropía más bonita-

Últimamente, en lo que más me fijo es en esas pequeñas cositas: en cómo se alzan los regueros de gotas de agua desde los charcos cuando mis amigos los cruzan en sus bicis frente a mí, en el caer momentáneo de la ceniza cuando sacudo el cigarrillo en la ventana de mi habitación, en las doradas hojas que ahora mismo me sobrevuelan diciendo adiós a los árboles de los que provienen...
Parece que todo está destinado a su extinción y eso, que antes me repelía sobremanera y me pulverizaba el corazón, no parece ahora otra cosa que belleza, porque da la posibilidad de crear: el árbol se poblará de nuevo de hojas y flores en su próxima primavera, yo fumaré otros cigarros rodeada de otras personas y otros sentimientos, y esta libreta que hoy sostengo no será más que un recuerdo que me acunará mientras arrugo otros nuevos folios con nuevas experiencias.
Es probable que haya que aprender a caer de esa manera: de forma graciosa (de grácil y de gracias), lentamente, disfrutando del viaje. Cayendo sin caer.
Sigo enamorada de los humanos y sus facetas, de su dulce forma de sobrevivir, de crear y de creer. De crearse y evolucionar. Por ejemplo, recién dos niñas pequeñas han pasado jugando cerca del árbol bajo el que estoy sentada escribiendo, y como bien tienen aprendido que los blancos no sabemos hablar chino, han pasado a mi lado sin tan siquiera reparar en mi presencia, no como los niños de pueblo que no están habituados a los laowais (forasteros); después de todo, estas viven en el barrio de la residencia de la Universidad más importante de China, que está repleta de extranjeros como yo. Y esa forma de ignorarme, caballeros y caballeras, es el futuro creándose.

Dieciocho de Julio de dos mil diecisiete

I never lived a year better spent in love

Soy una tremenda afortunada: todos los años de mi vida los cuento como el mejor año de mi vida. China me ha dado tanto que podría escribir miles de hojas al respecto. Ha llenado mis días de amor incluso cuando ya he partido para no volver, y nunca sabré cómo dar las gracias lo suficiente. Una de las cosas que me ha otorgado es a saber adorar las despedidas. A dar gracias porque todo haya sucedido; a entender que decir adiós va de entristecerse y de celebrar la vida que tenemos delante. Da lo mejor de ti, sigue descubriéndote. Llena cada uno de tus días de ternura y autoternura. Como decía aquel famoso, deja para mañana lo que no te importe dejar sin hacer cuando estés muerto. Si estás triste demasiado tiempo es porque no estás creando algo nuevo, y así descubres que hasta la tristeza es positiva por su forma etérea de brújula. Ten cuidado con tu tiempo, porque si estás triste demasiado tiempo,tornas algo tan bonito en algo roto.
Voy a subir alguna de las cosas que he ido escribiendo en la libreta estos meses.

-27Junio Suzhou

En esta ciudad de voladizos tejados,
de canales, calor y de gatos,
por la humedad que levanta lo remado
aparece por gota un poeta ingrato.

En esta ciudad bella,
figuras desnudas hay en ella,
recordando (añorando, rezando)
la pasada figura que hizo mella.

Soy libre, a veces terrible
y casi nunca disponible;
me alzo en las cornisas
cargada de sonrisas.

Sus ojos, como la línea de un pájaro que vuela,
se entrecierran para otear el horizonte de mi camisón
lentamente se asoma su lengua para desatar el monzón;
te voy a echar de menos, ya mi corazón duela.