martes, 18 de julio de 2017

Dieciocho de Julio de dos mil diecisiete

I never lived a year better spent in love

Soy una tremenda afortunada: todos los años de mi vida los cuento como el mejor año de mi vida. China me ha dado tanto que podría escribir miles de hojas al respecto. Ha llenado mis días de amor incluso cuando ya he partido para no volver, y nunca sabré cómo dar las gracias lo suficiente. Una de las cosas que me ha otorgado es a saber adorar las despedidas. A dar gracias porque todo haya sucedido; a entender que decir adiós va de entristecerse y de celebrar la vida que tenemos delante. Da lo mejor de ti, sigue descubriéndote. Llena cada uno de tus días de ternura y autoternura. Como decía aquel famoso, deja para mañana lo que no te importe dejar sin hacer cuando estés muerto. Si estás triste demasiado tiempo es porque no estás creando algo nuevo, y así descubres que hasta la tristeza es positiva por su forma etérea de brújula. Ten cuidado con tu tiempo, porque si estás triste demasiado tiempo,tornas algo tan bonito en algo roto.
Voy a subir alguna de las cosas que he ido escribiendo en la libreta estos meses.

-27Junio Suzhou

En esta ciudad de voladizos tejados,
de canales, calor y de gatos,
por la humedad que levanta lo remado
aparece por gota un poeta ingrato.

En esta ciudad bella,
figuras desnudas hay en ella,
recordando (añorando, rezando)
la pasada figura que hizo mella.

Soy libre, a veces terrible
y casi nunca disponible;
me alzo en las cornisas
cargada de sonrisas.

Sus ojos, como la línea de un pájaro que vuela,
se entrecierran para otear el horizonte de mi camisón
lentamente se asoma su lengua para desatar el monzón;
te voy a echar de menos, ya mi corazón duela.

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