lunes, 12 de diciembre de 2016

Cultura empresarial

Subo aquí esta mierda simplemente porque es el único guión que he escrito en mi vida. Es para un trabajo, y bueno, aunque lo ponga aquí caerá en el olvido, pero como le he dedicado al menos dos horas de mi vida entre revisar apuntes de protocolo y mierdas que necesitaba que quedara constancia de él.
GUIÓN
ESCENA I
Socio chino (SC), socio español (SE) y burócrata (B).
En un banquete
SE: No sabes lo mucho que me alegro de haberte encontrado el otro día en aquella exposición, Daesheng, no solo por poder ofrecerte este banquete en honor a los años que pasamos en la Universidad estudiando Empresariales, sino también porque desde hace un tiempo venía rondándome una idea en la cabeza y tenía pensado llamarte desde antes.
SC: ¿Ah, sí? Espero que esta no sea una de aquellas inversiones locas que siempre proponías en clase a la hora de hacer trabajos jajaja (mirada curiosa)
SE: Bueno, en cierto modo lo es, pero tú mismo eres el primero que ha demostrado que no hay ideas descabelladas destinadas al fracaso, solo negocios mal planteados por gente inepta. Después de todo, por algo eres conocido mundialmente por tus edificios construidos en un tiempo inimaginable. El futuro es simplemente cuestión de organización.
SC: Hmmm, mucho preámbulo alentador veo en tus palabras, Joaquín. Me pregunto qué tendrás que proponerme en lo que te pueda ser de utilidad, siendo yo un empresario del sector de la hotelería y tú del de hostelería. Venga, cuéntame de qué se trata de una vez.
SE: Eso siempre te describió, te gusta ir al grano, así que iré directo al meollo del asunto. Ya sabes que aquí en España soy propietario de una empresa importante de chocolatería.
SC: Es cierto, parece que hoy en día no hay niño que no conozca los míticos Lacasitos o los Conguitos.
SE: Gracias por tus palabras, pero, después de todo, siempre pensé que esta empresa que heredé de mi madre Carmen Echevarría se quedaba pequeña, incluso aunque tengamos varias fábrica y exportemos a Portugal. Durante un tiempo estuve pensando en invertir en China, por el hecho de haberte conocido en China, pero investigué y, viendo el fracaso que tuvieron empresas como San Ginés, me pareció claro que los dulces no tenían un recibimiento muy próspero allí. Así que dejé el tema aparcado.
SC: Tienes razón, nuestro paladar siempre se acercó más a los vinos y jamones españoles antes que a sus dulces. Por eso me dejas aún más expectante, ¿qué te propones?
SE: Resulta que viendo nuestras fotos antiguas descubrí la idea de invertir en tu maravilloso país, ¡y que tú eras mi misma solución! Sabes que China es el país con más millonarios del mundo. Imagina lo que tiene que costarles amasar esa fortuna. Los martirios de ser el jefe, los viajes de empresa a las grandes ciudades… Lo único que les apetecería sería relajarse al llegar a su hotel, en uno de tus hoteles… ¿Y si les ofreciéramos el servicio gourmet de disponer de un servicio de bañeras de chocolatería gourmet?
SC: Me dejas perplejo. Creo que habíamos dejado claro que no nos gusta demasiado el dulce. Por muy empresario que se sea, la palabra gourmet no vende todo.
SE: Claro, claro, pienso lo mismo, pero es que el chocolate gourmet que podríamos ofrecerles sería el de tener en cada uno de tus hoteles un servicio especial para la relajación con chocolaterapia; en primer lugar, y de cajas de chocolates gourmet al día siguiente para despertar: una variedad del chocolate que vendemos, procedente de cacao de la mejor calidad, contiene excitantes que pondrán a punto para las reuniones la mente del empresario más adicto al café.
SC: Pues parece una idea interesante. ¿Qué te parece si quedamos en uno de mis hoteles de Shanghai y pensamos en la idea más y mejor?
SE: ¡Brindo por ello!

Cambio de diapositiva: ‘’Dos meses más tarde en Shanghai. Habitación de hotel.’’
ESCENA II
SE: Cada vez que vengo a uno de tus hoteles veo que has mejorado algo, Daesheng. Le aplaude y Daesheng le devuelve el aplauso con una sonrisa
SC: Gracias por tus amables palabras, Joaquín, siempre es un placer recibirte. Y ahora, pongámonos manos a la obra. ¡Cuéntame detalladamente cómo se te ocurrió la idea de fusionar hotel y chocolate!
SE: *Alex cuenta estudio de mercado*
SC: Es impresionante. Me has convencido. De hecho, me has hecho pensar en que quizás, mejor que utilizar la chocolatería como un servicio extra para todos mis hoteles, deberíamos montar una empresa mixta y construir un hotel de cero aquí en Shanghai con esa idea de hotel de lujo para empresarios. ¿Qué te parece?
SE: Que es justo lo que te iba a proponer yo, Daesheng, como si me hubieras leído la mente. De hecho, estuve buscando todo lo referente a permisos y beneficios para terminar de convencerte.
SC: Jajaja todos estos años separados y seguimos pensando igual. Sin embargo, creo que va a haber un problema, y es que el encargado actual que está en la oficina de Shanghai Bureau of Planning and Land and Resources fue compañero de mi padre en el PCC y reconozco que es un hombre muy tradicional (por no decir chapado a la antigua) que podría ponernos pegas con el proyecto, quizás por considerarlo de índole erótica. Iré a su oficina un día de estos a revitalizar las guanxi para que sea consciente de que solo queremos invertir en China para darle más posibilidades, no para hacer de este precioso país un lugar peor.
SE: Siempre me ha entusiasmado cómo movéis los hilos, ¿le mandarás un regalo de mi parte?
SC: Sorprendido Por supuesto, ¿qué se te ocurre?
SE: Hombre, pues algo bonito para que nos firme los permisos, ¿qué tal una pluma de oro?
SC: Parece correcto, le invitaré a un banquete para que te conozca a ti también.
ESCENA III Cambio de diapositiva
‘’Shanghai Bureau of Planning and Land and Resources’’
Entrando en la oficina del burócrata. El burócrata recibe al socio chino en una salita. El SC avanza a saludar con un ligero apretón de manos y una leve inclinación de cabeza.
SC: Buenos días. Saca su tarjeta y se la entrega como nos explicó Gladys.
B: ¡Ahhh! Buenos días. Sonríe, saca la cartera y la guarda y le da su tarjeta a él también. Entran a su despacho y comienzan a hablar.
SC: Gracias por recibirme en su oficina. No sé si me recordará, señor Li, pero soy el hijo del señor Zhang.
B: No puede ser, ¿eres Zhang Daesheng? Sí que han corrido los años. Espero que el camarada Zhang esté bien; hace años que no sé nada de él.
SC: Pues sí, cuando se fue a España poco a poco fue perdiendo las buenas amistades como quien dice, una verdadera lástima, sin embargo, siempre habló muy bien de usted.
B: Le recuerdo con cariño. En fin, ¿qué te trae a mi despacho?
SC: Resulta que desde hace un tiempo traigo entre manos una inversión en un proyecto que comparto con un amigo español.
B: Dígame, ¿qué proyecto se trae entre manos?
SC: Pues verá, mi socio es un importante fabricante de china en el sector de la chocolatería en España, y como sabrá, yo soy regente de una importante cadena de hoteles aquí en China. Hemos decidido crear una empresa en la que combinar ambos sectores para crear una experiencia gourmet aquí en Shanghai. Para ello necesitamos un permiso que apruebe las condiciones del proyecto que pasa por esta oficina.
Silencio incómodo
SC: Esto, sí, como verá, en Shanghai siempre hay muchos empresarios que vienen aquí para reunirse en importantes asambleas y que desgraciadamente recurren a diversiones de bajo calibre para la sociedad. Por lo tanto, pensamos en buscar métodos alternativos con los que pudieran desestresarse, incluidas las terapias de chocolaterapia que se ofrecerían en mi hotel.
El burócrata empieza a ceñir un poco el ceño
SC: Por cierto, mi amigo español, Joaquín, me ha pedido que le entregue este regalo de su parte. Me gustaría invitarles a ambos a un banquete para que se conocieran. Le alarga el paquetito rojo de la pluma de oro
Cogiéndolo y guardándolo en su bolsillo.
B: Vaya, Daesheng, si no fuera porque eres el hijo de un antiguo camarada, no aceptaría el regalo y declinaría la oferta de tu banquete porque me sentiría tentado a no creer la historia de esas <>. Sin embargo, por respeto a nuestra antigua confianza pensaré sobre el permiso que os tengo que firmar y hablaremos sobre ello en el banquete que me has propuesto antes. Ahora, por favor, vete mientras medito sobre ello.
SC: Muchas gracias por su tiempo, señor Li. Ha sido un placer verle.
B: Le acompaño hasta la puerta, Daesheng.
Breves inclinaciones de cabeza
Cambio de diapositiva: reloj mostrando que son, yo que sé, las ocho de la noche por ejemplo. Entrada del restaurante.
ESCENA IV
Daesheng y Joaquín se aproximan andando a la puerta del restaurante, donde ya está esperando el señor Li.
SC: ¡Señor Li! Se saludan con sendos apretones de manos Sentimos la tardanza, pensamos que media hora de antelación sería suficiente, pero usted ha tenido que llega antes, supongo que por esa maravillosa virtud las cosas van como la seda en su oficina.
B: No se molesten, no se molesten, en realidad acabo de llegar. Mira inquisitivamente a Joaquín
SC: Señor Li, este es mi socio y amigo Joaquín Echevarría. Se dan la mano cortésmente con mini inclinación de cabeza.
SE: Encantado de conocerle, señor Li, me han hablado muy bien de usted.
B: Lo mismo digo, caballero. Por cierto, muchas gracias por aquella preciosa pluma.
SE: Fue un detalle sin importancia. Aquí tiene mi tarjeta. Se la entrega correctamente
SC: Bueno, entremos
Le cede el paso al interior del restaurante. Se sientan a la mesa.
SE: Bueno, he pensado que podría invitarle como entrante a una especialidad de mi país: el jamón. Pero antes de pedir, me gustaría iniciar con un brindis. Rellena sus copas ¡Va por ustedes! ¡porque de esta cena salga una preciosa relación!
SC y B: ¡ganbei!
DIAPOSITIVA DE QUE PASAN LAS HORAS Y DISFRUTAN COMO CRÍOS DEL PUTO BANQUETE OKS Todo de tranquis, comemos todos con palillos jijijaja molando fuerte
Tenemos pintilla de borrachillos porque el socio chino no para de echarnos mierda en las putas copas hostias pesao que tengo el hígado frágil a verrrr. BORRACHILLOS.
SE: Cuando comencé a estudiar chino gracias a nuestro amigo Daesheng tuve la suerte de adentrarte en la sensacional cultura china y leer un poema de Li Bai en el que brindaba con la luna… ¡hip! Decía que con la luna, con su sombre y con él mismo ya eran tres, y que era afortunado… Pero más afortunado soy yo por tenerles a ustedes dos de compañía.
SC: ¡Así se habla! ¡Ganbeeeeeei!
B: Sin duda está siendo una noche memorable y ustedes son dos personas insólitas a las que me alegro de conocer, ¡no podía esperar nada mejor del hijo del bueno de Zhang y su amigo del oeste! ¡Ganbeiiii!
SC: Ofrece tabaco y nos salimos los tres a fumar SC paga la cuenta
B: He estado meditando sobre el asunto del hotel y la chocolaterapia, mis buenos amigos, y tras esta fantástica noche estoy segura de que sus intenciones son correctas y de que no quieren prostituir aún más mi ya complicada Shanghai. Les firmaré ese permiso, y espero que cuando tengan el hotel construido me reserven una habitación.
SE: ¡No tenga duda alguna! ¡Desde esta noche son mis hermanos lejanos!

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