jueves, 21 de julio de 2016

En noches de verano, el aliento de los ángeles es cálido

Pre data: Fuera de este mundo excesivo al que nos transportamos cuando nos invade la inspiración, ¿no os apena pensar que los humanos se inspiran e inspiran, y ninguno conocerá plenamente al otro? En fin, que me he levantado hoy positiva lo que se dice.

Pre pre data: Este año he tenido algunos acercamientos a la poesía china que han impactado en mí en cierto modo. Entre las anotaciones sobre el paisaje de Gong Bilan y lo que dijo Su Dongpo (Su Shi)  sobre Wang Wei de que en sus versos se veían pinturas y en sus pinturas se leían versos, me han animado a que, cuando la inspiración me enseñe imágenes que yo no quiera pintar pero sí escribir, que las escriba sin más, sin necesidad de una descripción detallada ni de una acción que los embargue más que la visión. Ni recorrerlos, ni sentirse temeroso por ellos, ni adorarlos. Aquí ganó el deleitare al docere. Allá vamos, desvaríos.

https://soundcloud.com/van17ino6 s4nt4 4ureli4 (si no os sale bien el enlace en bancamp simplemente poned VAN17INO6 que es el artista y sale el primero porque es su último disco).

Dependí de que otra persona me hiciese sentir viva, y cuando dejó de hacerlo, huí. 
Huí aplastada por las circunstancias, como si, otra vez y también por primera vez, descubriese la vida y su significado; arrasada por las lágrimas. Me encerré en una montaña, lejana de todo el mundo a estas horas de la noche, y contemplé a lo lejos la ciudad que, pretendiendo estar dormida, tenía sus mil ojos reluciendo. Tan lejos de la vida, con esa inmensidad oscura de por medio, solo podía mirar. Las farolas palpitaban a lo lejos, desafiando a la negra noche negra, con los oídos  taponados por mi propia insignificancia. 
       En mi eterna soledad efímera, yo no era yo, pero tampoco era otra cosa ni otra persona. En lo alto de mi oscuro faro agreste oteaba el confín del mundo, y sentía cómo me aplastaba el todo camuflado por un sentimiento plácido de libertad. No hay preocupaciones, no estaba. El murmullo me acurrucaba, me mecía; el murmullo era yo de vez en cuando. El murmullo es la magia que me hablaba de lanzarme al abismo porque podría extender las alas y volar; el que me ataba a la tierra para hacerme bailar. El murmullo era el soñar, pero sin dejar de ser sonido.
       Solo contemplación. Podía verlo todo. Podía verlo todo y me sentía aún más parte de ello, con el alma a flor de piel, pero, ¿lo era? Podía verlo todo. Enormes construcciones de hielo: a veces construidas por manos humanas. A veces por la de los dioses. A veces mordidas por el olvido. Paseé incluso andando peregrina a través de océanos enteros congelados. (2:39) Me dejé acunar por cantos druidas que partían y volvían a formar la noche. Mi espíritu era salvaje cuando acompañaba aullando los ruegos primordiales de los primeros habitantes.
Todo es tan auténtico que voy a llorar un mar de dudas. Llévame a Islandia. Arrástrame grácil. Al principio pensaba que no había acción, pero ahora intuyo la realidad de aquel Cambio tan nombrado. 
       Volvamos a la carga, con los ojos encendidos y los corazones abrazados.
Volvamos a la carga.
Me niego a pensar que tenga una parte amarga.
Y ahora, a descansar...
Y ahora, a despertar... I.D.I.D.I.T.
    Con qué cariño se abren los ojos de la tierna creación. Susurras en una oscuridad cálida, y solo atino a pensar en tu sonrisa.
Descubrimientos de todos los pequeños saltos. Identidad. Estoy soy yo, y soy de asombro. Tengo todo en mi interior y tú solo pones diamantes aún más brillantes en mis ojos.
Lo hiciste perenne.
Quince millones
de trillones
de estrellas.
                   

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