viernes, 22 de julio de 2016

Amarillo lion

A lo largo de kilómetros y kilómetros se extendía un océano seco. Todos lo matices del cálido amarillo se arremolinaban formando pastizales, arbustos e incluso animales que se camuflaban pacíficamente con el ambiente. A lo lejos, unos baobabs de enormes troncos se recortaban contra el azul del cielo formando un círculo protegido; en medio de él, había un león de colores parduzcos que se acercaba con parsimonia a un grupo de herbívoros. 
       Todavía lejos del grupo, el león abrió sus fauces en un inmenso bostezo. De su boca salió disparada una lengua de camaleón. La pobre gacela nunca había sido presa ni partícipe de una cada de semejantes estándares. En un bocado, su perplejidad dejó de tener lugar.

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