lunes, 7 de noviembre de 2016

Once.

Ir a clase.
Quedar con gente.
Ir a Pilates.
Querer trabajar.
Tocar la guitarra.
Cantar.
Cocinar.
Jugar al lol.
Ir en metro.
Comer con los padres.

No puedo evitar acordarme de una película cuyo nombre no recuerdo de unas lesbianas francesas que una tenía el pelo azul y cortito y la otra lo tenía marrón y largo y eran preciosas las dos y acababa todo terriblemente mal. Y las últimas escenas eran sobrecogedoras porque realmente nunca vuelven a estar juntas. Nunca vuelven a estar juntas.
         Y de repente todo aparece como muy vacío, como si necesitaras verdaderamente los ojos de la otra para validar tu felicidad. Y nunca vuelven a estar juntas.

Tanto tiempo.
''Y a la vez tan poco.''

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