No sé qué montañas viste
ni cuánto tuviste que escalar;
nadie acompañó tu mirada triste.
Y cuanto más necesitaste andar,
nadie alzó su mano en ristre
para la mitad de tu carga levantar.
Esta noche parece impasible,
-pero por dentro-
por dentro, solo se escucha tronar.
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