Querida epicúrea:
tú que borraste
todo aspecto despectivo
de la palabra vividor;
que carpe diem fue tu máxima
y tu meta el amor;
que tu belleza marmórea se mantenga, cueste lo que cueste,
que solo verte ya es revitalizador.
Parecen mentira
el todo y la nada:
todo lo que te aportaron,
nada, sus pisadas.
Que, ¡locos ellos!,
te juzgaron y,
¡más locos aún!
se marcharon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario